Bassi: ¿El jugador número 12?

Siempre el árbitro de un Superclásico genera controversia. Siempre. Pero jamás (o al menos hace muchísimo) que no se armaba tanto revuelo como en esta ocasión. La designación de Gustavo Bassi (uno de los peores árbitros del fútbol doméstico) para dirigir el partido del próximo domingo levantó polvareda y no dejó a nadie conforme: ni a River, ni a Boca, ni a Elizondo. Los únicos que parecen de acuerdo con la designación son el Colegio de Árbitros y la AFA.

Que Gustavo Bassi es hincha de Boca es un secreto a voces. Lógicamente designarlo para dirigir el Boca-River es de locos. Además, el partido del próximo domingo es el fiambre del sanguche que dice “futuro en la Copa Libertadores” para ambos equipos. Boca consiguió un escueto 2-1 de local y River cayó 2-1 como visitante, lo que significa que ambos deberán correr y mucho para seguir en certamen internacional. Para colmo, el clásico puede dejar a Boca fuera de la pelea (hoy está a cuatro de River y Estudiantes, los líderes) y llega con una previa sazonada desde enero. “A River le vamos a ganar de nuevo y va a ser en la Bombonera”, dijo Riquelme.

En River la designación cayó como una bomba. Es que Bassi es probablemente el árbitro más identificado con un club de fútbol, al menos del que más se sabe. Su relación con la camiseta xeneize no es un secreto y obviamente en Núñez no quieren que un hombre tan emparentado con la causa bostera sea quien maneje las riendas del clásico (además muchos jugadores del “Millonario” están con cuatro amarillas). 

En Boca tampoco lo quieren, pero por todo lo contrario. Saben que es hincha y temen que se genere un efecto boomerang o, como se lo ha llamado por estas horas, “Efecto Cagna”. La historia indica que el DT de Tigre aplicó la misma técnica que utilizó Boca previo a la revancha de la semi de la Libertadores 2004, en la previa del juego ante Racing. Cagna dijo que por ser la Academia un equipo grande con chances de descender los árbitros cobrarían a su favor. Acto seguido, Bassi perjudicó a Racing. Esta actuación (bajo los efectos de la presión mediática) generó que Horacio Elizondo pidiera que esta fecha Bassi descanse. La AFA no sólo que desoyó el consejo del ex árbitro mundialista, sino que lo designó para el Superclásico. Elizondo amagó con renunciar…

La pregunta que cabe hacerse es cómo la AFA designa a un árbitro que no pudo bancarse la presión mediática de un Racing-Tigre, para soportar el aluvión del Boca-River. No tiene ninguna lógica. Cierto es que los dos árbitros que podrían haber sido designados (Pezzota y Baldassi) dirigirán (o dirigieron) a River en los octavos de la Copa y por eso se juzgó poco ético sortearlos para el Superclásico.

El domingo es un partido a todo a nada, como todos los partidos que jugamos contra ellos. River debe ganar para seguir puntero, dejar afuera a Boca de la lucha por el campeonato y darse un empujón para eliminar a San Lorenzo de la Copa. Para Boca también es importante porque es una de las últimas chances de seguir peleando el campeonato y también le serviría como envión para ir a Belo Horizonte más entero. Veremos qué sucede, esperemos por el bien del fútbol argentino que esta vez eso del “Jugador Número 12” no sea verdad. No digan que no les avisamos.

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