04 de Mayo de 2008
Juan Manuel Más
Caída en La Bombonera
Nuestro equipo perdió una buena oportunidad de cortarse solo en la punta del Torneo Clausura 2008, y por la decimotercera fecha cayó por 1 a 0 ante Boca, en La Bombonera. El único tanto de un deslucido encuentro lo marcó Sebastián Battaglia, de cabeza, a los 14 minutos del primer acto. A pesar de la derrota, nuestra escuadra continúa en lo más alto de la tabla pero se ha cortado la distancia con sus inmediatos perseguidores.
No encontró el rumbo
Muy desprolijo se lo notó a nuestro elenco en los primeros cuarenta y cinco minutos, sin una idea clara de juego, con un Ariel Ortega muy solo en la creación y con un impreciso Diego Buonanotte. Además, Radamel Falcao García parecía el llanero solitario en la delantera y la pelota no le llegaba prolijamente. A los siete minutos Ortega pateó al arco desviado, en lo que sería el único remate en la primera parte.
A los trece Juan Pablo Carrizo le tapó magistralmente un mano a mano a Rodrigo Palacio, quien quedó solo tras un error de cálculo en el cabezazo en el mediocampo de Eduardo Tuzzio y una posterior habilitación de Martín Palermo. Un minuto más tarde, el conjunto de Carlos Ischia anotó el primer tanto de la tarde por intermedio de Sebastián Battaglia, tras un tiro de esquina ejecutado por Juan Román Riquelme.
El encuentro cayó en un pozo más tarde y ya no hubo situaciones de peligro. Nuestro cuadro no inquietó nunca, se mostró muy desprolijo y Boca aguantó y manejó el balón con intermitencias. Sin embargo, era necesario un cambio de juego, de actitud y de mentalidad. Así se cerró la primera parte con escasas chances y un River deslucido.
Sin reacción
En la segunda mitad nuestro elenco no pudo enderezar el rumbo del partido y recién contó una chance peligrosa al minuto 39 a través de un cabezazo del ingresado Sebastián Abreu. Muy poco para un equipo puntero, con ambiciones y sobre todo, de cara al choque del jueves ante San Lorenzo por la Copa Santander Libertadores.
Boca jugaba de contra, frenaba el partido cada vez que podía, ante la mirada irresoluta del árbitro Gustavo Bassi. Riquelme manejaba los tiempos del encuentro y River no llegaba al arco de Mauricio Caranta. Diego Simeone buscó variantes e hizo ingresar a Augusto Fernández, Abreu y Mauro Rosales, pero de nada sirvió. Martín Palermo probó de derecha al minuto 22 pero embolzó bien Carrizo, uno de los pocos que tuvo una aceptable labor.
El partido se moría y no había reacción, ni coordinación. Falcao navegaba en la intascendencia en el ataque, River se repetía en los pelotazos y Boca se dedicaba al contragolpe con un ineficaz Rodrigo Palacio. Suena a poco que sólo un cabezazo de Abreu a cinco para el final haya sido la mejor, y acaso, la única chance de gol para nuestro equipo. El jueves se intentará torcer la historia.